
95 meses de cárcel al abogado Jorge Lara Urbaneja por fraude procesal en “carnicería de la high”
Doctor en Jurisprudencia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario con especialización en Derecho Internacional Privado en Kent Law School de Chicago, Illinois, Estados Unidos de América. Entre 1976 y 2010, el doctor Lara fue socio principal de la firma de abogados Raisbeck, Lara, Rodriguez & Rueda, actualmente Baker & McKenzie Colombia S.A... La experiencia profesional se encuadra en la asesoría y desarrollo de negocios, con énfasis en aspectos corporativos, contractuales, financieros, de mercado de capitales; fusiones y adquisiciones; privatización e infraestructura.
Es otro capítulo del sonado enfrentamiento de socios del Frigorífico San Martín de Porres, en el que aparecen como accionistas los herederos de tradicionales familias de la “high” bogotana (entre otros el expresidente Ernesto Samper y el periodista Daniel Samper). Jorge Lara Urbaneja usó al bufete Baker & Mckenzie (del que era partner) para tomarse ilegalmente el control de la compañía en el 2008 (fraude procesal), en una maniobra fraudulenta con “actas de contenido falaz” con las que indujo a error a la Cámara de Comercio de Bogotá. Incurrió en una “faena criminal” y “en forma dolosa” desplegó acciones orientadas a “construir los documentos”, siendo un experto en el área mercantil con una “posición distinguida” en la sociedad, dicen los fallos.
Por Héctor Mario Rodríguez
La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia acaba de confirmar la condena a 95 meses de prisión y al pago de una multa de 405 salarios mínimos al ex director de Baker & Mackenzie, el abogado Jorge Lara Urbaneja por el delito de fraude procesal en el sonado pleito entre familiar y empresarial en torno del Frigorífico San Martín de Porres.
El Frigorífico San Martín de Porres llegó a abastecer el 40% de la carne que se consume en Bogotá. Por cinco décadas suministró a los capitalinos deliciosos cortes de res, cerdo y demás, aunque también contribuyó con sus nauseabundos olores y productos cárnicos a la bestial, contaminación del río Fucha de la capital.
Esos, en su momento, podrían ser “pecados” veniales del Frigorífico, pero durante los últimos 15 años se convirtió en el tinglado de una batalla judicial sin precedentes entre lo más granado de la sociedad bogotana. El tres de diciembre de 2015 un juez de Bogotá condenó en primera instancia a Jorge Lara Urbaneja a cárcel por 95 meses, al pago de la multa y a 74 meses de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas. Le negó la suspensión de la ejecución de la pena.
Luego, el cinco de mayo de 2016, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá confirmó en su totalidad la sentencia del Juzgado, pero le otorgó el beneficio de casa por cárcel. Lara decidió entonces acudir a la última instancia de la Corte Suprema de Justicia en donde acaba de perder y en las próximas horas debe entregarse o ser capturado para que cumpla el resto de la condena.
Lara se salvó de la condena por falsedad en documento privado debido a que el delito fue declarado prescrito.
De tal palo tal astilla
El hijo del condenado, Eduardo Lara López, es el financiero del quebrado constructor Luis Fernando Correa Bahamón, cuyo imperio hotelero hace agua en medio de publicidad engañosa con la que defraudó a decenas de inversionistas en el Hotel Wyndham y otros...Eduardo Lara López estuvo mencionado en los mal recordados repos de Interbolsa con la Universidad del Rosario, algunos de los cuales se hicieron con el Frigorífico del cual era financiero, Eduardo Lara López.
Otros detalles de su carrera
Jorge Lara urbaneja fue árbitro del Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio de Bogotá, Colombia. Ha sido asesor general externo de sociedades comerciales en todas las áreas de negocios; de bancos y entidades financieras internacionales, incluidas instituciones multilaterales financieras que operan en Colombia y en América Latina, como la IFC, la IIC y la CAF.
De orgsnizador a desorganizador
Ha participado como asesor legal principal en operaciones de financiación interna y externa; en la constitución e integración de sociedades locales y extranjeras, incluida la reorganización y privatización de instituciones financieras nacionalizadas o adquiridas por el Gobierno de Colombia, y la adquisición y fusión de bancos y empresas multinacionales. Fue el asesor legal para la privatización del sistema eléctrico (generación y distribución) de una república centroamericana.

ALGO OLÍA MAL DESDE HACE TIEMPO
Creado el 17 de julio de 1964, el Frigorífico San Martín de Porres Estuvo localizado en el barrio La Floresta, y en 1991 fue trasladado a la Avenida Ciudad de Cali con Calle 13. Siempre originó malos olores que hace 30 años eran considerados pecados menores pero hoy son incluso son delitos ambientales.
Descargó sus pecados en el río Fucha, por los lados de la Hacienda Tintalito (hoy entre el barrio El Tintal y Corabastos), luego pasó a llamarse carnes San Martín, pero incluso pasó llamarse bien de interés cultural, más por la prestancia de sus dueños, que como lugar foco de malos olores del río y de los cárnicos.
Pero hay pecados mayores y humanos. El Frigorífico San Martín de Porres, en liquidación (hoy Frigoríficos BLE Ltda) es epicentro de una larga pelea judicial (1993 pero agudizada en 2008) entre herederos del ex canciller Juan Uribe Holguín, entre otros, y el jurista y empresario Jorge Lara Urbaneja de la sociedad Laural Limitada.
Fue acusado de fraude procesal por que desarrolló maniobras ilícitas para engañar a la Cámara de Comercio de Bogotá y, por esa vía, defraudar patrimonialmente a los socios mayoritarios del Frigorífico San Martín de Porres. En esencia buscó hacerse a la dirección de los órganos de administración, y consecuente control económico de la sociedad.
Como representante de Laurel, en la que era dueño, el primero de abril de 2008, promovió, junto con otros socios que desde 1993 le habían dado prenda a favor de terceros sobre sus derechos económicos y políticos, una rebelión aduciendo que no habían sido convocados válidamente a una Asamblea Ordinaria de Accionistas.
Montaron una Asamblea en otro lugar, que fue una farsa, según el juez, en la que nombraron un nueva Junta Directiva, integrada por, obviamente vinculados por parentesco, quienes a la vez nombraron como nuevo gerente a Eduardo Lara López, el hijo de Jorge Lara Urbaneja, relevando a Enrique Uribe Leyva. Ese mismo día las actas de la Asamblea y la junta fueron presentadas a las Cámara de Comercio para que fuesen inscritas en el registro mercantil y poder “sacar” a los terceros.
Ahí estuvo el delito. Con la inscripción de esos documentos, el tres de abril de 2008 padre e hijo y los nuevos miembros de la Junta se hicieron presentes en las instalaciones del Frigorífico para asumir el control de la empresa, en medio de la obvia oposición de los damnificados y de guardias que no sabían a quién obedecer.
El abogado defensor de Lara Urbaneja es Jaime Lombana, quien como dice Gonzalo Guillén no saca una presa de un caldo de gallina. Arguyó que su cliente no cometió delito alguno. El abogado de la contra parte es Santiago Rojas Maya. No hubo cargo contra empleados o auxiliares de Baker & McKenzie que utilizó Lara dado su nivel de mando.
El Grupo Laurel de Jorge Lara Urbaneja poseía el 30,4% de las acciones del Frigorífico cuando en el 2003 estalló un enfrentamiento sobre manejo de acciones con Emilia Uribe y su esposo, Rafael Pérez Norzagaray, y Clara Samper Ortega y Roberto Patiño.

Sobre Jorge Lara Urbaneja
Jorge Lara nació en Venezuela, su madre es de la nobleza histórica criolla; estudió bachillerato allí y vino a Colombia a estudiar a la Universidad del Rosario. Hernández se casó con Rosario López, hija de Eduardo López Pumarejo y sobrina de Alfonso López Michelsen.
Heredó de Alfonso Lara acciones del Frigorífico San Martín de Porres y se inició una disputa con los socios, hijos del exanciller Juan Uribe Holguín -uno de los presidentes del Jockey Club- que llevaron décadas de batallas jurídicas.
El hijo del condenado, Eduardo Lara López, es el financiero del quebrado constructor Luis Fernando Correa Bahamón, cuyo imperio hotelero hace agua en medio de publicidad engañosa con la que defraudó a decenas de inversionistas en el Hotel Wyndham y otros.
Eduardo Lara López estuvo mencionado en los mal recordados repos de Interbolsa con la Universidad del Rosario, algunos de los cuales se hicieron con el Frigorífico del cual era financiero, Eduardo Lara López.
En 2003 apareció como defensor de Interbolsa en una dura pelea contra la Bolsa de Bogotá por vincular a su staff al sancionado Juan Carlos Ortiz. Fue representante para Colombia del Republic National Bank of New York, absorbido por Hsbc sin que Lara se hubiera dado cuenta.
Su padre, Alfonso Lara Hernández, nacido en Cúcuta, estuvo casado con Luisa Urbaneja, estudió en La Salle y se graduó como abogado en la Universidad Nacional. Fundó Títulos S.A., en Caracas, directivo de Banco de Bogotá, gerente de Cervecerías Bavaria en Cúcuta, gerenció la Caja de Auxilios de los Aviadores Civiles e hizo parte de la Junta Directiva de Fenalco, de la Comisión Política Central del Partido Liberal, fue parlamentario y senador.
En su mejor momento, 2008, el Frigorífico facturó más de $20 mil millones al año. En 2004 procesaba 1.200 reses y 400 porcinos diarios.
https://www.youtube.com/watch?v=5Rgyeg09N9s
EL ORIGEN DEL LÍO FAMILIAR EN 1993
Beatriz Leyva de Uribe y varios propietarios de cuotas o derechos de interés social de la Sociedad Frigorífico San Martín de Porres Ltda. suscribieron varios contratos de promesa de cesión de cuotas sociales, con fecha del ocho de junio de 1993, con parámetros en caso de sucesión. Allí aparecen los nombres de Inés Largacha Salazar, CPR Publicidad, Consuelo Uribe Holguín, Emilia Uribe De Pérez, Pilar Uribe de Pombo, Betariz Suárez Uribe y Rosario Josefina Suárez Uribe (de allí se derivan nombres ilustres de la sociedad bogotana actual).
El mismo ocho de junio de 1993, los signatarios de la promesa del contrato de cesión suscribieron con Beatriz Leyva de Uribe contratos de prenda abierta de las cuotas sociales pertenecientes a los pignorantes. El objeto de dicho contrato era “garantizar las obligaciones de pagar, dar o hacer a cargo de los pignorantes y a favor de la acreedora prendaria actualmente existentes o que en el futuro lleguen a existir, sin limitación de cuantía”.
Con ocasión del fallecimiento de Beatriz Leyva de Uribe se adelantó la sucesión, de cuyo testamento correspondió a Enrique Uribe Leyva el derecho a que le traspasaran 4.300 cuotas sociales de la sociedad Frigorífico San Martín de Porres Ltda, “de las que la causante tenía derecho a que se le traspasaran en virtud de promesa de compraventa, junto con el derecho de prenda que incl.
Esa es la interpretación literal del artículo 411 del Código de Comercio. Sin embargo, según se advierte en el artículo tercero de los contratos de prenda suscritos por Beatriz Leyva de Uribe, la prenda pactada “confiere a la acreedora prendaria todos los derechos de las pignorantes sobre las cuotas sociales pignoradas, derivados de su calidad de socias, incluyendo expresamente las de deliberación, voto y recibo de utilidades o participaciones”. Ahí surgió el enfrentamiento.
Publicado 04/05/2018 8:30 A.M.


